En la vereda, frente al colegio

Fragmento del libro "Fantasias Sexuales de mujeres argentinas" de Castro, Silvana.

La idea que me aparece como la más erótica y divertida es hacerlo en un lugar público pero que no haya nadie que te vea, de pura casualidad. Me calienta la idea de tener sexo muy apurado contra una pared, ambos vestidos, apenas con la ropa corrida, o de hacerlo en la puerta de mi casa.

En la puerta de casa hay un par de escalones. La idea es estar sentada allí, con alguien que me acaricia debajo de la pollera y me mete suavemente los dedos y que nadie se entera. No me he animado todavía a hacerlo, supongo que en algún momento se va a dar la ocasión y voy a estar preparada, por ahora es solo un combustible para sexo más convencional.

También sueño con que lo hago en la plaza, contra un árbol, eso me parece muy bonito. No quiero que nadie me vea, pero la fantasía se sostiene en que alguien puede aparecer, o que no lo sé pero alguien está viendo la escena desde alguna parte, la ventana de un edificio. Ésa es la típica ¿no?

A la vuelta del colegio, cuando iba a la secundaria, había un sitio oscuro, con un pequeño resguardo para la lluvia, un negocio vacío donde nos refugiábamos unos cuantos a fumar y a tomar cerveza a cualquier hora. El lugar era una mierda inmunda, pero daba a la calle. Nos sentábamos allí algunos de los chicos de quinto y muchas veces fantaseé que allí me iba a correr un poquito la bombacha y me sentaría arriba de la pija muy parada de uno de los chicos con el que nunca pasó nada pero al que siempre le tuve ganas.

Y que estábamos todos tomando cerveza y fumando y que mi pollera era lo suficientemente larga como para taparnos a los dos y que parecía puro mimo, pero que estaba atravesada con una penetración completa.

Esa fantasía, aunque ya hace 5 años que dejé el colegio, me sigue pareciendo "lo más".

(Estudiante, 22 años)

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